Hub Islands

II Bienal de arquitectura de Euskadi
Plaza de la Trinindad, San Sebastián.
Año:2018

Islas Hub es un proyecto escultórico que genera una conversación formal con un espacio arquitectónico singular. Concebida como obra in situ, esta intervención rompe con las dinámicas de la plaza para proponer una mirada diferente. La plaza, concebida por Peña Ganchegui en 1963, crea una transición desde el monte Urgull hasta el casco viejo en forma de grada curva que termina en un plano rectangular vacío y rodeado por un petril. En su propuesta original el público se sitúa en el perímetro y la acción en el centro del plano.

Juan Aizpitarte a través de su actuación recoloca dos nuevos centros en el plano con forma de sedimentos graduales y a su vez, un tercero, como forro de madera triangular decreciente en la grada de piedra. Con estos tres elementos propone una nueva lectura del espacio. Sobre la grada, un lugar específico donde el cuerpo busca asiento, y sobre el plano horizontal dos formas desde las que mirar el espacio desde otra perspectiva. Este cambio sugiere una historia dentro del relato arquitectónico de la plaza. De manera metafórica el artista imagina una serie de sucesos entre el monte y la plaza. Un derrumbe que erosiona la falda del monte, una riada que transita hasta llegar a la plaza, y tres sedimentos que configuran una zona no centralizada.

La nueva composición, de madera, acoge al cuerpo de los usuarios de la plaza con otra materia y otro lenguaje. Las bases horizontales crecen en medidas estandarizas y conocidas por el cuerpo. Están basadas en el mobiliario doméstico; en el escalón, en la silla y en la mesa. Desarticula la noción de centro y perímetro dotando al espacio de multi-centros y lugares dentro del espacio.

En consecuencia las dinámicas de la plaza cambian hacia una forma relacional y aportan a la visión espectacular precedente una nueva posibilidad.  Imaginar la plaza desde la convergencia trans-disciplinar integrando público y acción en el mismo lugar. Además la noción de banco corrido, que propone la comunicación lateral (narración lineal), se sustituye por una serie de  diagonales que multiplican las narrativas paraleles.

A un nivel formal, el ejercicio estético comprende la necesidad de re-orientar al público tras las murallas, reubicando los ejes cardinales a través de la rosa de los vientos situada en el centro de la isla mayor. Disponiendo cada capa de las gradas en sus ejes respectivos N-S / E-W y dotando a cada nivel de una rotación de 45º. Así la rosa actúa al mismo tiempo de ventana a la estructura de la pieza, de lucernario y comunica

las alturas de las esculturas con los rumbos variables al horizonte. De esta manera comprendemos mejor la disposición sotaventada de la plaza y su importancia para el desarrollo de actividades sociales.

En la actualidad la plaza esta dominada por los usos deportivos del futbol y la pelota. El antiguo bolatoki se ha transformado en vestuarios deportivos y la asociación de padres de la ikastola orixe defienden este espacio como único lugar de recreo del sector mas joven. La actuación escultórica ha revelado algunas cuestiones implícitas en el territorio, como la falta de equipamientos deportivos o de recreo. Una tensión dentro del barrio que confronta la masificación del turismo con los ciudadanos de la parte vieja y que el ayuntamiento intenta lidiar sin mucho éxito.

En su dimensión simbólica la actuación sobre el piso nos recuerda el tiempo anterior al primer ensanche de San Sebastián , cuando la villa disponía de dos islas en su desembocadura. Una época imaginada en los grabados de Fernando Hierro o las pinturas de Vicente Ameztoy.

Para el diseño y los permisos fue muy importante la colaboración con el estudio Pura Arquitectura que lidera la arquitecta Marta Badiola. Así la configuración de la pieza y su capacidad de operar en espacio público de manera correcta, fue un trabajo realizado mano a mano con este estudio.

La forma estructural y la elección del un material que conversara al mismo tiempo con el bloque modular, utilizado por Peña en la plaza, fue clave en la manera de integrarse en el espacio. Decidimos reducir toda la actuación al tablón estandarizado de 5m x 22cm x 4cm. Respondiendo en un lenguaje similar en la conversación formal de los elementos de la plaza.